lunes, 20 de febrero de 2012

Cascadas de Oneta

En Asturias, siempre está lloviendo, o al menos eso dicen los turistas y los meteorólogos fundamentalmente cuando se acercan días festivos, pero en realidad, ni es cierto que esté siempre lloviendo, ni es malo que la lluvia esté presente gran parte del año.

En la era del cambio climático, resulta chocante que nos quejemos de la lluvia, de la niebla, de nuestro querido orbayu, cuando en realidad, lo mejor sería aprender a disfrutar de él. Yo no se si mi querencia por el agua me viene de mi amor por el verde asturiano en el que es indispensable el agua, por el halo de misterio en el que te envuelve la borrina, o por los muchos trabajos realizados en el agua con la consultoría ambiental Aspra.


Así que siguiendo esos instintos de ir a buscar el agua y la petición que me había hecho El rincón del bosque de investigar esto como ruta, decidí que tenía que conocer la cascada de Oneta, de la que había oído hablar muchas veces y de la que había visto muchas fotos. Al mirar en la web del tiempo de Maldonado las condiciones para Villayón vi que daban agua pero aún así salí para allá con ganas de disfrutar del agua de la cascada y de uno de esos cielos plomizos asturianos con una lluvia fina pero constante, que realzara aún más los verdes de nuestros campos y bosques.


La ruta de las cascadas y los molinos de Oneta se encuentran en el concejo de Villayón en el Occidente Asturiano, al sur de Navia. Los suelos de carácter ácido dan relieves en los que los ríos han excavado profundas brechas en las que se han encajonado con el paso del tiempo. El paisaje confunde rocas con casas y casas con naturaleza, el verde nos rodea por casi todos lados incluso sobre las piedras y sólo lo interrumpe la senda que nos guía en dirección a las cascadas.


Digo cascadas porque una vez en Oneta descubrí que no había sólo una sino tres, apenas lleva uno 700 metros caminados cuando ya ve cómo el agua comienza a coger velocidad, encajonarse y dar pequeños saltos antes de la gran caída de agua de la primera cascada. La única pena, es la basura que se puede encontrar en el río y que decidí no fotografiar, ya que en esta ocasión prefería que vierais el río tal como debería de ser, y como deberíamos de intentar todos que se encuentre siempre.


Abandonando el borde del río y volviendo al camino poco más tardé en llegar a ver "desde el aire" la primera gran cascada. Una preciosa cola de agua precipitándose brutalmente sobre una poza situada algo más de 20 metros más abajo. Es la cascada de la Firbia y según dice la bibliografía la más espectacular de las tres y sin duda la más accesible.


Si uno es capaz de abstraerse de la cascada y no mirar para ella continuamente de la que baja puede descubrir la gran cantidad de ombligos de venus que tapizan el borde de los caminos y que junto con hiedra nos dan fotocomposiciones naturales como esta


O como esta otra


E incluso si nos detenemos y observamos más fijamente podemos ver que algunos de ellos sirven como refugio para pequeños animales que hacen dentro sus guaridas a base de finas sedas, un lugar magnífico para pasar desapercibidos.


Si alguna duda podíamos tener de que se trata de un lugar completamente natural, una cuadra abandonada nos lo recuerda en medio de la fuerte pendiente de bajada. Las hiedras y los helechos se la van comiendo convirtiéndola en un elemento casi mágico del paisaje, entre la gama de verdes intensificados por la lluvia, el negro de la teja de pizarra típica del occidente asturiano y la piedra propia de la zona. 


Pero sin duda quizás uno de los momentos más mágicos de la ruta es cuando llegas abajo, debajo justo de la cascada y ves el agua venir desde arriba, la bruma que levanta, el ruido ensordecedor, y la belleza de esa fuerza imparable, capaz de arrasar con todo o de calmarse hasta parecer completamente mansa, antes de volver a la carga. 


Allí abajo, en la soledad de este paraje se acuerda uno de la familia, de los compañeros de montaña que están lejos, de los amig@s con los que uno ha hablado de las rutas de montaña, de los ríos y las cascadas, de los amigos que ya no están, y de las excursiones que están por venir y los sitios que quedan por visitar.

Tras parar aquí un buen rato, enviar una foto por facebook a los amigos y whatsapp a la familia (porqué sí aquí llegaba mi 3G, increíble) tocaba seguir en busca de las otras dos cascadas, a pesar de que un cartelito recomendaba no hacerlo o extremar las precauciones.

Continuará...

5 comentarios:

  1. Buen trabajo, excelente ruta, gracias por compartir que a su vez compartiremos con nuestros huespedes

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  2. De nada, gracias a vosotros por estar siempre ahí, por leerme y animarme con vuestros comentarios tanto aquí como en privado o por facebook que sois muchos los que lo hacéis y eso es lo que anima a seguir

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  3. Cuando vuelvas por Oneta pastae por TU CASA: www.hotelecuestre.es
    preciosas las fotos y tu relato¡

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