lunes, 28 de febrero de 2011

Luces y sombras de un bosque milenario (parte II)

Pero un bosque son árboles, muchos árboles y algunos muy singulares. Cuando uno entra allí, no puede resistir la tentación de pasar de cuando en cuando a visitar alguno en concreto, que se merece poco menos que un monumento, vamos lo que ellos debieran ser hace tiempo, es decir, monumento natural, como se dijo que serían en 2008.

Ejemplar centenario de Tejo en el interior del Bosque
Pero no sólo Tejos monumentales podemos encontrar en este lugar tan impresionante, algunos fresnos como este de aquí impresionan y mucho, lo mismo que algunos acebos e incluso algún Espino blanco o avellano, unos por los tamaños y otros por las caprichosas formas que llegan a adoptar.

Fresno, Fraxinus excelsior en el interior del Bosque de Tejos de la Sierra del Sueve


El bosque, o las Viescas como se les llama en Asturiano, no son extensiones completas de árboles, en su interior se abren multitud de pastos, también llamados majadas o vegas. Éstas salpican toda la extensión del Tejedal cada una con su nombre y con sus particularidades.

Pequeña majada en medio del Tejedal

En todas ellas podemos encontrar numerosa fauna, si bien la de esta fotografía no sea la más típica ni la que más llame la atención de los visitantes.

Mosca comiendo un moquillo de tejo
(próxima entrega Jueves 3 de marzo, en torno a las 11 de la mañana.)

viernes, 25 de febrero de 2011

Luces y sombras de un bosque milenario (parte I)

El sol pelea con la niebla por abrirse paso a través de las ramas del viejo tejo. El espectáculo a nuestra vista es grandioso y apenas damos crédito a lo que vemos. 

Primeros rayos del sol atravesando la niebla y las ramas de un Tejo en el Tejedal del Sueve.

 La mañana se va despejando y a nuestros pies aparece la mayor extensión de Tejos de toda la Península Ibérica. En torno a unos 8.000 ejemplares se estiman en este bosque que aunque llamado la tejeda del Sueve, es una mezcla de diferentes especies entre las que dominan el tejo y el Acebo. Desde esta magnífica atalaya, con casi 200 km de costa cantábrica a nuestros pies, estamos a punto de adentrarnos en una de las mayores joyas botánicas de nuestro país. 

Panorámica del Tejedal y la costa Colunguesa desde el Picu Pienzu

El tejo es un árbol milenario, capaz de llegar dicen a los 1500 años y que en otro tiempo ocupó gran parte de Europa. Se trata de una especie que perdió su tiempo y su lugar, desplazada por las actividades humanas que requerían del lugar en el que vive este árbol, para labores de agricultura y ganadería de las que vivir. Se trata de un árbol capaz de llegar a los 21 metros de altura, como ha sido medido alguno de este bosque y en el que hay ejemplares con no menos de 4 metros de perímetro de tronco. Éste parece como si estuviera formado por maromas de barcos.

Enorme tejo de 3,50 de perímetro junto a la fuente de la Texuca


Pero el Tejo, no está solo en estos bosques, el acebo, espino blanco, fresno y avellano, son las especies que más frecuentemente nos encontramos a su lado, si bien domina este mágico árbol. Su frondosidad y su carácter perenne hacen que poca luz llegue al fondo no habiendo apenas sotobosque y lo pedregoso del terreno en el que vive (pura caliza), hace que los caminos se confundan por todos los lados, hasta el punto de que casi no existen sino miles de pasos de ganado.

Caminos confundidos en medio del Tejedal

Segunda parte el lunes 28 de Febrero en torno a las 11 de la mañana.

jueves, 24 de febrero de 2011

Libélulas vs Caballos del diablo

En muchas ocasiones estando en el campo con gente no perteneciente al mundo de la biología he oído decir, - mira una libélula
Y al mirar he visto un caballito del diablo
Entonces ¿qué diferencia hay?
La verdad que si uno no se fija nada son parecidos, pero si miramos bien, a poco que nos fijemos veremos que existen algunas diferencias entre unos y otros y que al final no resulta difícil distinguirlos.

La primera fotografía que os pongo es de una libélula. Si nos fijamos lo primero que llama la atención es que está posada con las alas extendidas en un plano, no plegadas. Esto es porque las libélulas no pueden plegar las alas, que además de manera general no tienen color.

 Además si nos fijamos bien las alas anteriores y las posteriores son diferentes. Las posteriores son muy anchas en la zona de unión al cuerpo, mientras que las anteriores terminan en punta en la zona de unión.

Otra característica importante son sus ojos, son muy grandes y ocupan gran parte del frontal de la cabeza llegando en ocasiones casi a tocarse el uno con el otro.
Por último las libélulas tienden a ser de colores mate, sin brillos metálicos en su cuerpo y con abdomen robusto.


En cambio si vemos algo con forma de libélula pero con las alas plegadas en forma de tejadillo sobre su cuerpo, estamos ante un caballo del diablo como el de la fotografía que vemos  a continuación.



Además sus ojos, son más pequeños que los de las libélulas, estando situados a los laterales de la cabeza, y no al frente, no llegando a tocarse nunca.


Su abdomen es mucho más fino, las alas tienen frecuentemente coloración en toda su superficie, siendo iguales el par anterior al posterior, y destacando en la mayoría de las ocasiones por tener coloraciones de brillos metálicos muy llamativos.


En ambos casos se trata de especies muy ligadas al medio acuático, siempre cercanas a ríos con una buena calidad ambiental. Dentro de esos ríos pasan largo tiempo desarrollándose las larvas, hasta llegar a su estado adulto. En la mayoría de las ocasiones los vamos a encontrar sobre los helechos encima de los ríos o las hojas de los árboles del bosque de ribera.

miércoles, 23 de febrero de 2011

El Corzo

El corzo, Capreolus capreolus, es el más pequeño de los cérvidos de nuestra región y sin duda el más huidizo de todos. Con un peso no superior a los 30 kg y una altura a la cruz no mayor de 75 cm, se trata sin duda de un animal pequeño, pero muy guapo, bastante grácil y difícil de localizar si no está pastando en campo abierto.

Su medio normal son los bosques, ahí es donde pasa la mayor parte del día, saliendo sólo a pastar en los claros cercanos al bosque, sin alejarse demasiado de éste. Su coloración le hace en el interior del bosque muy difícil de ver como se aprecia en la siguiente foto tomada en un bosque de Cabranes y realizada para el multimedia de Recursos Naturales de la Comarca de la Sidra realizado por la consultoría ambiental Aspra. 


En ocasiones si vamos por el interior del bosque en silencio, podemos encontrarlos, estando nosotros a cubierto descansar en algún pastizal, tranquilo y apartado, siempre que el calor no sea excesivo, como puede apreciarse en la siguiente fotografía tomada en el concejo de Colunga, en la parroquia de Pernús.



En muchas ocasiones si vamos por campo abierto los encontraremos a gran distancia nuestra, y lo más posible es que nos vean mucho antes de que consigamos acercarnos lo suficiente como para poder realizar una buena fotografía, con una óptica normal. En este caso me vio desde lejos y estaba muy pendiente de mí. Lógicamente este era el mejor resultado esperable en campo abierto y al descubierto.



Pero si uno conoce sus movimientos en la zona y se apuesta en un lugar adecuado, en silencio y bien camuflado, puede tener momentos únicos y resultados muy aceptables, como es el caso de la siguiente fotografía en la que la espera mereció la pena y el corzo salió apenas a 15 o 20 metros del lugar en el que me encontraba, pasando por delante, y permitiéndome hacerle esta fotografía.


Sin duda se trata de un precioso animal, cuya espera merece la pena, para poder fotografiarlo o tan sólo por poder verlo de cerca.

martes, 22 de febrero de 2011

Ha llegado la Primavera

Hola, no me he vuelto loco, aunque algunos penséis que sí, o que ya lo estaba, pero sí ya ha llegado la primavera, o mejor dicho han llegado las primaveras. Me encantan estas flores, casi pegadas a las hojas, sin levantar apenas del suelo con su color tan llamativo en medio del gris invierno, dando color a partir de enero. Su nombre científico prímula hace referencia a que son las primeras, que aparecen en el año, y la verdad que al menos a mí, me alegra el encontrarlas sobre todo estos días. Crece en los claros de los bosques y en los bordes de los mismos así como en los taludes de muchas carreteras y caminos de pueblo.
Hay quien se come sus flores en ensalada, ya que son muy aromáticas y por ello dan sabor y aroma.
En este caso las flores que os dejo aquí son Primula acaulis, tal como determina el profesor T.E. Díaz González en su Guía de las joyas de la Botánica de Asturias.

En él se describen 400 especies que podemos encontrar en Somiedo, Muniellos, Ría de Villaviciosa, Sierra del Sueve, Parque de Redes o cualquier carbayeda o robledal albar entre otros









lunes, 21 de febrero de 2011

El Sueve, senderos de naturaleza

A continuación os dejo algunas fotografías que hice para el libro El Sueve, senderos de naturaleza escrito también por mí y publicado por la consultoría ambiental Aspra, en 2007.



Inachis io, un lujo de mariposa


Inachis io sobre Eryngium sp, cerca del Bosque de Tejos de la Sierra del Sueve


Inachis io con alas semiabiertas sobre Eryngium sp en la Sierra del Sueve

Inachis io, libando sobre un Euringium sp en la Sierra del Sueve

Inachis io sobre el suelo cerca de pinares en Villaviciosa